Los que tenemos ya una cierta edad, recordamos aquellos establecimientos en los que había un montón de máquinas recreativas donde, por 5, 10 o 25 pesetas, podías jugar una partida a los videojuegos de la época. Las videoconsolas eran caras y no todos podían permitirse tener una en casa. Así que, estos antros de vicio y perversión eran lugar de reunión de niños, jóvenes y, sobre todo, macarras ochenteros.
Más de un usuario habrá soñado alguna vez con montar su propio salón recreativo y poder jugar, así, de gratis a todas los videojuegos y muchos años más tarde, y gracias a la empresa canadiense Firebase, esto podrá ser posible gracias a "Arcadecraft".