En esta interesante anotación en microsiervos podéis leer una curiosidad sobre la partida de ajedrez que juegan J. F. Sebastian y Tyrell en esta película.
La verdad es que Ridley Scott era casi obsesivo con su idea de hacerlo todo muy perfecto, pero esto me ha resultado demasiado, sobre todo por las implicaciones (una más) que le da a la película.
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