Leía ayer en barrapunto una noticia acerca de que las entidades de gestión de derechos de autor andan un poco mosqueadas con la futura ley de propiedad intelectual. Parece que no podrán recaudar tanto como desearían y que no se impodrá un canon a los discos duros como pretenden.
El asunto es complicado, pues cada vez se nos restringe, o intenta restringir el acceso que como derecho tenemos todos los españoles a la cultura. La última idea de CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos) es que se cobre por incluir fotos con derechos de autor o bien, se limite el uso de este tipo de material en la enseñanza. Conclusión: Volveremos 100 años atrás y sólo podrá tener una educación quien pueda pagársela.
Frente a todo esto, se encuentran diversos movimientos que abogan por el libre acceso a la cultura. Esto no implica necesariamente la desaparición de las entidades de gestión quienes tienen principios que todos aplaudimos, esto es, la protección del autor. Sin embargo, se ha desmostrado que, finalmente, este tipo de asociaciones sólo han servido para que unos pocos, con mucho dinero y poder, eso sí, impongan sus criterios a los menos y se conviertan únicamente en máquinas de recaudar. En un futuro no muy lejano, nos llegarán a cobrar por silbar o tararear una canción en la ducha.
Y ya que estamos hablando de futuro: os recomiendo la lectura "El derecho a leer"; un cortísimo relato de ciencia ficción escrito por Richard Stallman. Tal vez el estilo no es muy bueno, pero nos muestra como puede ser el futuro de seguir por estos derroteros o mucho peor, cómo es ya nuestro presente.
El asunto es complicado, pues cada vez se nos restringe, o intenta restringir el acceso que como derecho tenemos todos los españoles a la cultura. La última idea de CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos) es que se cobre por incluir fotos con derechos de autor o bien, se limite el uso de este tipo de material en la enseñanza. Conclusión: Volveremos 100 años atrás y sólo podrá tener una educación quien pueda pagársela.
Frente a todo esto, se encuentran diversos movimientos que abogan por el libre acceso a la cultura. Esto no implica necesariamente la desaparición de las entidades de gestión quienes tienen principios que todos aplaudimos, esto es, la protección del autor. Sin embargo, se ha desmostrado que, finalmente, este tipo de asociaciones sólo han servido para que unos pocos, con mucho dinero y poder, eso sí, impongan sus criterios a los menos y se conviertan únicamente en máquinas de recaudar. En un futuro no muy lejano, nos llegarán a cobrar por silbar o tararear una canción en la ducha.
Y ya que estamos hablando de futuro: os recomiendo la lectura "El derecho a leer"; un cortísimo relato de ciencia ficción escrito por Richard Stallman. Tal vez el estilo no es muy bueno, pero nos muestra como puede ser el futuro de seguir por estos derroteros o mucho peor, cómo es ya nuestro presente.
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