Hace 25 años llegué del colegio a eso de las 6 de la tarde (en aquella epoca, teníamos clases de 15:30 a 17:30) y encontré a mi padre con cara de preocupación. Tomé una merienda y me fui con mi balón de fútbol a jugar con mis amigos.
Volví a eso de las 9 para cenar y meterme en la cama. Mi padre seguía con el mismo gesto de preocupación pero yo, como cualquier niño de 11, no sabía lo que se estaba cociendo en Congreso de los Diputados.
Al día siguiente parecía que todo había pasado. Mi padre volvía a ser el mismo de los días anteriores a ese 23 de Febrero de 1981.
Unos meses después compramos una cinta con un montón de chistes del golpe de estado...
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