lunes, septiembre 26, 2011

El músico que vendió su alma al diablo

Robert Johnsonn era nieto de un esclavo e hijo un tipo que pasó sólo una noche con su madre. Tenía 10 hermanos y, además, vivía en uno de los lugares más complicados de EE.UU. para un chico negro.

Nació en 1911 en Hazlehurst (Mississippi) y desde muy pequeño mostró una inclinación hacia la música, aprendiendo a tocar el arpa y la armónica, todo lo contraría le ocurría con la escuela, que abandonó alegando problemas de visión.

Se casó a los 18 años, cuando ya había empezado a practicar con la guitarra aunque, al igual que le ocurría con el arpa y la armónica, no era muy bueno. Un año después Virginia, su mujer, y su hijo moría durante el parto por lo que, Robert embargado por la tristeza, se dedicó a seguir a los grandes del blues de pueblo en pueblo, intentando ganarse la vida con la música.

Finalmente, volvió a su pueblo sin haber obtenido ningún éxito y, allí comenzó a vivir con una viuda, con la que tendría un hijo.

En este momento, Robert empieza a cambiar su manera de tocar y sorprende a propios y extraños. Como ya he comentado, siempre había sido un pésimo músico sin embargo, ahora domina la guitarra con una técnica sin igual y empieza a cosechar algunos éxitos locales.


Comienzan las habladurías. Se cuenta que Robert ha vendido su alma al diablo. En el cruce de la autopista 61 con la 49 en Clarksdale, a medianoche se ha encontrado con él y éste le ha concedido una técnica sin igual. Desde ese momento, Robert iniciará una huida hacia adelante, intentando evitar que el Diablo le encuentre.

En 1936 consigue un contrato discográfico. Para grabar usa una guitarra vieja y destartalada; además, suele tocar de cara a la pared, según comentan, para que nadie vea sus ojos enrojecidos y poseídos cuando está tocando y la leyenda continúa creciendo.

En sus conciertos suele tocar en penumbra, para evitar que nadie vea sus punteos y, en muchos casos, abandona el escenario antes de que nadie pueda acercarse a él. Ya nadie duda de que la leyenda que circula sobre él es cierta. Entra en trance al tocar y por eso no quiere que nadie le vea.

Finalmente, en 1938 el diablo le encontró en forma de botella de whisky envenenada. Un marido celoso le puso estricnina en la botella y, tras 3 días, murió del 16 de agosto. A los 27 años, inaugurando el triste club de los 27.

Cuando murió dejó 29 canciones y 2 fotografía como único legado y se convirtió, por derecho propio, en uno de los precursores del blues, rythm&blues y el rock&roll.

Os dejo con una de sus canciones más conocidas: "El diablo y yo".




Esta mañana temprano, cuando llamaste a mi puerta
Esta mañana temprano, cuando llamaste a mi puerta
Y dije: “Hola, Satán”, creo que es hora momento de irse.

Yo y el Diablo, andando hombro con hombro
Yo y el Diablo, andando hombro con hombro

Y voy a pegar a mi mujer hasta que me quede satisfecho.

Ella dice no ves porqué tú me persigues
"Ahora, cariño, sabes que no me has hecho bien."
Ella dice no ves porqué tú me persigues
Debería el viejo espíritu del mal estar tan profundo bajo tierra.

Puede que entierres mi cadáver bajo la cuneta de la autopista
"Cariño, me da igual donde entierres mi cadáver cuando esté muerto y me haya ido."

Puede que entierres mi cadáver bajo la cuneta de la autopista
Así mi viejo espíritu del mal Podrá coger el autobús para Greyhound y marchar.

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